La filosofía de la época helenística se caracteriza por la ausencia de grandes sistemas especulativos y el interés por problemas científicos concretos, el aumento de la erudición y la búsqueda de soluciones filosóficas que justifiquen la vida humana, ésta cobre sentido y encuentre su equilibrio, en resumen, por las que la persona sea feliz. Las grandes escuelas (escéptica, estoica, epicúrea y cínica) responden a estas características. Por otro lado, el contacto con pueblos orientales despierta el interés por la especulación místico-religiosa, de la que amplía el campo de difusión de las doctrinas helenísticas. A todo esto se une la irrupción del cristianismo, que, filosóficamente, intentará erigirse en continuador de la gran tradición griega.
ESTOICOS (ESTOICISMO)
Para los estoicos, todo es corporal en la naturaleza, cuya fuerza es siempre material (lo es incluso el espíritu, por sutil que sea su corporalidad): una fuerza que origina el movimiento y la armonía y que es el alma del mundo, vivificadora de todas las cosas, sometidas siempre a la fatalidad.
Los estoicos fundaron una lógica proposicional, caracterizada por la búsqueda de antinomias, una semántica que analizaba las relaciones significante/significado, y sobre todo una moral, basada en cierta concepción sicofisiológica del hombre y de la naturaleza. Para ellos la noción de cuerpo era indisociable de la noción de esfuerzo y recíprocamente. No hay percepción desde que existe esfuerzo; si no, hay pasividad. La experiencia es el origen del saber, pero el bien supremo reside en el esfuerzo realizado para alcanzar la virtud.
Así pues, la virtud consiste en vivir según la naturaleza, es decir, en aprovechar la vida tal como es, ni poco ni demasiado. Una máxima de esta moral es: "soporta y abstente".
ESCEPTICOS (ESCEPTICISMO)
Doctrina epistemológica que pone en duda la posibilidad del conocimiento de la realidad objetiva. Según Hegel, el escepticismo es el momento interior de la verdad, en virtud del cual la conciencia se ve obligada a renunciar a toda verdad finita y parcial para así progresar de forma dialéctica en el camino de lo absoluto, de la totalidad. Precedido por la sofística, que cuestionó la posibilidad de alcanzar una verdad absoluta, el escepticismo defendía el hábito de la duda y la necesidad de suspender todo juicio absoluto, como condición para practicar la indagación continua.
A medio camino entre las ideas de Descartes y Hegel se suele situar el llamado escepticismo metódico, propio de la ciencia, que consiste en la actitud de poner en duda todo lo que se presenta a la conciencia natural como verdadero y cierto, para eliminar de este modo todo lo falso y llegar a un saber absolutamente seguro.
EPICÚREOS (EPICUREÍSMO)
Los epicureístas se proponen la búsqueda exclusiva del placer.
El objetivo de esta filosofía es (como el del resto de escuelas morales helenísticas) el arte de la vida, la realización de una vida buena y feliz. Para el cumplimiento de este objetivo Epicuro consideró que la filosofía tiene una doble tarea: combatir las ideas falsas que fomentan el medio y el sufrimiento y crear en el sabio un estado de ánimo o talante favorable en toda circunstancia y lugar. Entre aquellas ideas hay que incluir el miedo al dolor, el temor a la muerte, a los dioses y al destino; la parte de la filosofía que permite resolver estas cuestiones será la física. La segunda tarea está en manos de la ética.
La física y la lógica son solo medios para conseguir la felicidad.
Esta filosofía se divide en ética, física y canónica.
Para defender la libertad y el placer del temor que genera la creencia en los dioses y en la vida de ultratumba, los epicúreos recurrían a la Teoría Atómica.
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